UN MINUTO DE SAL…
A los miles de hombres, mujeres y niños que
han muerto en el mar tratando de huir del
comunismo.
Un minuto de sal para el silencio de los que no pudieron
regresar al polvo.
Jehová seguramente se olvido de las aguas
de los que murieron
entre las olas palpitantes
con las bocas pletóricas de algas
y los ojos comidos por los peces
de los que fueron áncoras de carnes tumefactas
o modernos Jonás descuartizados
en los vientres de los tiburones.
Un minuto de sal para el silencio
de los que se disolvieron
sin nombre y sin memoria:
los que se hundieron
cuando buscaban la luz y la palabra;
los que fueron barridos por el plomo
soñando libertad sobre sus balsas;
los que no tienen lápidas
ni tumbas
ni cruces
los que yacen no se sabe donde
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