MI ROSA
A mi esposa
Desde los cristales de mi encierro
allá abajo
en el jardín contemplo
una hermosa
y delicada rosa
¡que imposible
es para mí alcanzarla!
Pero miro dentro de mí
y así comprendo
que tengo de todas
la más bella:
Tú, mi rosa.
Febrero de 1979
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