martes, 2 de marzo de 2010

¿Alguien duda de que en Cuba se tortura?

 

TRIBUNA / REPRESIÓN EN CUBA|ARMANDO VALLADARES

 

¿Alguien duda de que en Cuba se tortura?

 

01 de marzo del 2010

 

 

YO ESTABA en las prisones políticas de Cuba cuando 10 de mis compañeros murieron en huelga de hambre. La muerte-asesinato de Orlando Zapata Tamayo ha conmovido el mundo. Los medios de comunicación internacionales -internet, sobre todo- hicieron posible que en pocos minutos la trágica noticia llegara a los más remotos rincones del planeta. No puedo evitar que se me agolpen los recuerdo tristes de tantos prisioneros que compartiron conmigo celdas y horrores...

 

Roberto López Chávez era casi un niño cuando se declaró en huelga de hambre en la prisión de Isla de Pinos, al sur de La Habana. Lo llevaron a las celdas de castigo. A los pocos días, le negaron el agua. La agonía de la muerte por sed no es comparable con ninguna otra forma de morir. Yo participé en muchas huelgas de hambre, pero no tuve valor para hacer una huelga de sed, porque vi los sufrimientos de mis compañeros: los labios se agrietan, se despellejan, la lengua se inflama... Era como si los quemaran por dentro en una hoguera. Roberto, en el suelo, delirando, pedía agua. ¡Agua! Entraron los guardias... En el suelo, el prisonero agonizante clamaba por un sorbo de agua.

 

- «¿Tienes sed?», preguntó uno de los escoltas. Entonces, todos abrieron las portanuelas de sus pantalones.

 

- «Toma meao». Y le orinaron en la cara, en la boca...

 

Roberto murió al día siguiente. La noticia de su fallecimiento tardó semanas en salir de aquella prisión.

El líder estudiantil universitario, Pedro Luis Boitel, también se declaró en huelga de hambre. Fidel Castro ordenó que le quitaran el agua y lo encerraron en un calabozo con istrucciones de no abrir hasta que muriera el prisionero. A los 53 días, la vida terminó para él...

 

¿Por qué se declaró en huelga Orlando Zapata Tamayo? No pedía que lo pusieran en libertad; no demandaba comodidades materiales mínimas. Sólo pedía, únicamente pedía, que no le dieran más golpes. Que terminaran las torturas. Sólo pedía eso: un humilde albañil negro que sólo pedía que no le golpearan más. Pero así como en las fábulas las bestias representan a los hombres, en la vida real hay hombres que representan a las bestias. Uno de éstos, estando ya Orlando en huelga, le propinó una paliza tal que tuvieron que intervenirlo para extraerle coágulos de sangre del cerebro.

 

El carcelero Filiberto Hernández le quitó el agua. Cada vez que los comunistas trataron de obligarlo a deponer su actitud, lo hacían a golpes. Golpeaban a un hombre que llevaba 60, 70, 80 días en huelga de hambre, postrado, agonizando, incapaz de poder levantar un brazo... El cadáver tenía todavía las marcas de los golpes en la espalda, en el pecho...

 

Una vocera del Gobierno socialista de Zapatero declaró que la muerte de Orlando Zapata Tamayo no perjudicaría «la decisión del Ejecutivo español de continuar su política del levantamiento de sanciones a Cuba por parte de los países de la Unión Europa». Quizá usen el mismo argumento del Gobierno de Felipe González, que decía: «España no tiene ninguna evidencia de que en Cuba se violen los derechos humanos».

 
 

Armando Valladares es periodista y escritor cubano. Su oposición al régimen castrista le llevó a permanecer 22 años en la cárcel como preso político.


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