miércoles, 11 de enero de 2012

La doble moral de la administración del Presidente Obama

Armando Valladares

 

11 de diciembre de 2011

 

Dan Restrepo (en la foto), asistente especial del presidente norteamericano para asuntos del Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional, ha hecho unas declaraciones de un cinismo incomparable refiriéndose a las fraudulentas elecciones en Nicaragua. Con esta declaración pretende justificar el silencio cómplice del Departamento de Estado frente a esas elecciones ilegales y al fraude cometido por Daniel Ortega.

 

Ha dicho el asistente del Presidente Obama “no vamos a aislar al pueblo y a la sociedad civil nicaragüense”.

 

Pero exactamente eso fue lo que hicieron contra Honduras, por eso estas declaraciones son indignantes y demagógicas y prueba irrefutable de la doble moral de la Casa Blanca y de sus representantes.

 

El ensañamiento de la actual administración norteamericana con el pueblo hondureño, por su determinación de no permitir que el comunismo se apoderara de esa nación centroamericana, desencadenó represalias de toda índole. Lo único que faltó a los EE. UU. fue bombardearlos.

 

La página más canallesca de la política exterior norteamericana al sur del Río Grande es quizás la de su actuación contra Honduras. Me siento avergonzado de que el embajador norteamericano de origen cubano, Hugo Llorens (foto a la derecha), haya contribuido al acoso del pueblo hondureño con su actuación miserable y cobarde.

 

Este embajador mintió, alteró los hechos, desinformó y canalizó todas sus frustraciones y envidias en sus informes tendenciosos al Departamento de Estado. No es mi opinión. Este cómplice de las maniobras de Hugo Chávez, Castro y Zelaya, no contó con la publicación de sus cables dados a conocer por Wikileaks, que hicieron de conocimiento público sus intrigas.

 

Todavía hay decenas de empresarios y ciudadanos hondureños en esa lista negra que el mentiroso embajador Llorens envió al Departamento de Estado para que les prohibieran la entrada a los EE.UU.

 

Al igual que trató de hacer Zelaya, Daniel Ortega violó la Constitución para reelegirse. Organizó unas elecciones donde se cometió el más grande de los fraudes electorales en la historia de un país del Continente.

 

El Departamento de Estado guardó un silencio cómplice frente a esas violaciones. El inefable Insulza que dirige esa desprestigiada OEA, trémulo de emoción no pudo contenerse y escribió una carta inmediatamente a Daniel Ortega diciéndole que esas elecciones habían sido una demostración de “democracia y paz”.

 

Los mismos países del Continente que se ensañaron con el pueblo hondureño, volvieron el rostro. Ni una solo protestó por el fraude y fue una vergüenza que la Unión Europea denunciara la trampa antes que ningún país latinoamericano lo hiciera.

 

La Cancillería brasileña que echó rodilla en tierra junto al Departamento de Estado Norteamericano para que el socialismo del Siglo XXI se apoderara de Honduras en concordancia con el triunvirato Chávez-Castro-Zelaya no ha dicho ni una sola palabra frente a la violación de la Constitución cometida por Daniel Ortega y al escandaloso fraude electoral. Por segunda vez Brasil se cubre de estiércol.

 

Dice Restrepo que “la Casa Blanca está analizando cual será la política bilateral con Nicaragua...y que están esperando informes de la OEA y de la Unión Europea sobre cómo fueron los comicios en Nicaragua”.

 

¡Los pobres! ¡El departamento de Estado no sabe cómo fueron los comicios en Nicaragua ni de la violación de la Constitución cometida por Ortega!

 

Si alguna doctrina debe mencionarse  para calificar las declaraciones del gobierno norteamericano sobre los sucesos de Nicaragua creo que esta es: CINISMO. 


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